El encuentro de dos mundos
Confesiones a la madre Patria
Más de Quinientos años han pasado
desde que en aquel barco
Llegaron hambrientos españoles
a mi tierra
para pisotear lo sagrado
enfermar a lo sano
aborrecer lo sabio
violaron nuestro pasado
del cual soy sobreviviente
Es por eso que anoche ,
cuando Adriana
la bella chica de Galicia
gime en mi aposento
Siento que a mi sangre inca
Estoy redimiendo
Es cuando sojuzgo a la española
en la intimidad,
que aquel indio escondido
y reprimido que duerme en mí
Sonríe y alza su warayok con virilidad
Es que torear a esa española
en las faenas de la pasión
ha despertado en mí,
sin previa explicación;
el subconciente deseo
de reinvindicación.