Don Quijote de La Meca - Un plagio creativo.
Capitulo 9/11Del mal suceso que el Valeroso y mártir Don quijote de la Meca tuvo en la espantable y jamás imaginada aventura de las torres gemelas, con otros sucesos dignos de triste recordación y epopéyico trascender.
En esto descubrieron dos torres gemelas, de esos rascacielos que hay en la urbe, y así como Don Quijote de la Meca los vió, dijo a su ayudante, La aventura va guiando nuestras cosas mejor de lo que acertáramos a desear; Porque ves allí amigo mártir del Islam, donde se descubren dos desaforados gigantes con quien pienso hacer batalla, y quitarles a todos las vidas, con cuyos despojos comenzaremos a enriquecer, que esta es la buena guerra de la Jihad y es gran servicio de Alá quitar tan mala simiente de la faz de la tierra.
¿Que gigantes? Dijo Sharif al Shanza
Mi señor de tanto leer Corán , se la ha secado el cerebro.
Mas el pobre necio continuaba en su mundo de locura, y enfurecía en su desvariar: - Lo que tu ves allí mi amigo no son dos torres gemelas del centro de comercio mundial, sino mas bien gigantes. Monstruos de tentáculos capitalistas que matan y hieren a nuestras patrias, ridiculizan a nuestra fé, violan a nuestras mujeres y envenenan a nuestros hijos. Son monstruos cuyos tentáculos son inmensos y llegan hasta el corazón de nuestras moradas, tentáculos que devoran el alimento de nuestros platos y prostituyen a nuestras vírgenes.
Estos monstruos tienen el alma cabalgada por el demonio más pestilente de quien éste mundo haya dado cuenta, La avaricia. Su cabeza esta dirigida por una mente codiciosa, egoísta y cruel. Aborrecen sus ojos toda luz y toda verdad. Nuestra iluminada fé islámica desgarra sus ojos y encandilan sus pasiones. Es así mi deber de Shaid, mi querido compañero de armas y hermano de versos, darles la muerte que el omnipotente Alá prepara a los infieles. Estamos condenados a triunfar !Qué fermosa es nuestra condena !.
No os dais cuenta mi amigo, que gran bien este hecho hará a las almas del mundo, La fieles nos llamarán mártires, héroes, benditos y escogidos. Solamente para desvelar la vergüenza de los impíos cobardes que nos llamarán asesinos tratando de ocultar la hediondez de sus codicias y las superficialidades de sus sociedades prostitutas y sanguinarias.
! Que no son gigantes ! Son rascacielos, mi señor. No son impíos sino más bien gente inocente, personas como mi señor y este servidor suyo. - Le gritaba Sarif Al Shanza
! Que no son gigantes ! Mi señor está alucinando otra vez ...
Mas el fundamentalista continuaba en su locura y respondió :
No son pues dos edificios, son gigantes. Dirijamos pues nuestros corceles aéreos para embestir a estas bestias enormes cuya altura colosal es remembranza de su orgullosa embestida al mundo. Su orgullo se muestra desafiantemente más cerca al cielo que cualquiera de nuestras mezquitas, Pero hasta el polvo serán consumidas pues Alá los ha puesto en mis fieles manos el hacerles batalla y mándole yo que mal podrán contradecir ni evitar lo que por el cielo está ordenado. Pongámonos pues en oración que vamos entrar con ellas en fiera y desigual batalla.Ayúdame Oh Alá a cumplir con mi propósito. Dirige mi mano desde el paraíso de los justos, enrumba mi curso directo al corazón de los monstruos, templa mi espíritu contra estas cobardes y viles criaturas cuya gloria será convertida en polvo por la fuerza de tu servidor. Hazme un instrumento de tus designios y socórreme en tal trance.
La muerte de los gigantes se vislumbrará por todos los confines de la tierra, lloverán imágenes de gloria en cada casa, en las mezquitas se enseñaran rezos y poesías de este día glorioso para los mártires del Islam.Ayúdame Oh Alá a tumbar el orgullo de tus enemigos, de hacerles besar el polvo de sus desvergüenzas, de rebajar sus altivos ojos infieles.
Y diciendo esto, y encomendándose de todo corazón a las tintineantes vírgenes prometidas por su ilusión demente del paraíso prometido, bien apostado en la cabeza del corcel aéreo, arremetió a toda velocidad y embistió con el primer rascacielos que estaba adelante…
Eduardo H Mendoza
September 2001